
Resumen del caso:
Paciente masculino de 22 años, con antecedente de traumatismo craneoencefálico cerrado por accidente de tránsito hace siete días. Consulta por instalación progresiva de parálisis facial periférica izquierda, motivo por el cual se solicita una tomografía computarizada (TC) cerebral simple.
Hallazgos tomográficos
El estudio, realizado en tomógrafo multicorte de 32 detectores, evidencia múltiples lesiones traumáticas intracraneales y óseas de relevancia diagnóstica:
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Hematoma epidural subagudo en región temporal posterior izquierda:
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Morfología lenticular.
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Espesor de 10 mm, longitud de 26 mm, altura de 13 mm.
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Volumen estimado: 1.8 cc.
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Densidad: 60 UH, con burbuja de gas en su interior.
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Hematoma subdural tentorial posterior derecho:
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Morfología semilunar.
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Espesor máximo de 10 mm, longitud de 19 mm.
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Densidad: 50 UH.
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Fractura con hundimiento en hueso temporal izquierdo, con extensión:
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A la pared anterior del oído medio.
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Al peñasco.
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Asociada a hemotímpano e infiltrado hiperdenso en celdillas mastoideas (hemomastoides).
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Fractura del hueso esfenoidal, con abundante contenido hiperdenso en el seno esfenoidal (hemoseno), compatible con sangrado postraumático.
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Fractura del hueso cigomático izquierdo.
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Hematoma subgaleal temporoparietal izquierdo (12 mm de grosor).
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Inversión de la lordosis fisiológica cervical, sugestiva de contractura muscular postraumática.
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Parénquima cerebral con adecuada diferenciación entre sustancia gris y blanca; sin signos de edema, isquemia o hemorragia aguda.
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Sistema ventricular discretamente asimétrico.
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Línea media central.
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Calcificaciones fisiológicas en plexos coroideos.
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Estructuras de fosa posterior, tallo cerebral y cisternas basales conservadas.
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Discusión académica
La combinación de lesiones intracraneales extraaxiales con fracturas óseas complejas en el hueso temporal izquierdo, permite establecer una correlación anatómica directa con la clínica neurológica del paciente.
La afectación del hueso temporal y del oído medio implica un riesgo significativo para el nervio facial (VII par craneal) en su trayecto intraóseo por el canal de Falopio, especialmente en su porción timpánica y mastoidea. El hallazgo de hemotímpano e infiltrado mastoideo sugiere compromiso local que puede condicionar neuropatía traumática del nervio.
Además, la coexistencia de hematomas epidural y subdural en diferentes compartimentos refuerza la necesidad de vigilancia neurológica intensiva, ya que estas colecciones pueden expandirse o provocar deterioro clínico progresivo.
El hematoma epidural con burbuja de aire interna sugiere una posible fístula con el oído medio, hallazgo poco frecuente pero relevante para el manejo quirúrgico. El trazo de fractura esfenoidal también implica riesgo de fístula de líquido cefalorraquídeo y otras complicaciones.
Conclusión
La evaluación por TC en pacientes con TEC leve a moderado y síntomas neurológicos diferidos, como parálisis facial, permite detectar lesiones de alto riesgo clínico. Este caso destaca la importancia del abordaje multidisciplinario, en el que la radiología cumple un papel esencial para el diagnóstico temprano, la planificación quirúrgica y la vigilancia postraumática.